domingo, 7 de diciembre de 2008

Fiestas Robóticas

En las fiestas robóticas se reúnen a bailar robots de la undécima generación dotados de pulsión sexual. Creados por la ISP para trabajar en las minas de gas rulanio, son robots con cerebro casi humano. Un grupo de ellos secuestró al Doctor Espídico, celebre por su cirugía rápida y extrema, para que les transplantará organos sexuales de seres humanos, conectándolos a sus chips de pulsión sexual. Son adictos al sexo y se congregan en la costa rocosa de Galitea para celebrar orgías clandestinas amenizadas con la música de La Resistencia Sonora. Entre ellos se mezclan seres humanos cien por cien biológicos que hartos del tedio y el sexo meramente reproductivo de la ISP se entregan a estos robots divertidos.

Cuando los soldados de la ISP capturan a estos robots, les extirpan los órganos transplantados y eliminan sus pulsiones sexuales, introduciendo música convencional en sus audioreceptores. Pierden la sensibilidad melódica y se convierten en sumisos y siervos de la ISP. Acaban su vida operativa esquilando etekinoles, animales lanudos, semejante a las ovejas del planeta tierra, pero con patas muy cortas y el doble de largos. La piel de estos seres es muy apreciada por los militares de Excremental para tapizar sillones.

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