lunes, 2 de febrero de 2009

La Espiral de Diminú

Me llamo Diminú y navego sin rumbo en una nave con un objetivo utópico y una meta inalcanzable. Estoy perdida en mi espiral de inseguridad. No sé lo que quiero y tampoco sé si me quiero a mi misma. Mantengo una relación distante con el resto de la tripulación porque no quiero estrechar lazos. Hace cientos de años luz, en la tierra mantuve una relación compleja que me sumió en una parálisis emocional de nivel 3.

Aunque fisiológicamente soy una mujer mantengo mi psique infantil activa, lo cual me permite mantener una curiosidad de nível 9, apta para misiones de exploración. La Resistencia Sonora consideró que mi afán de saber más era necesaria para la misión de la Nave libérrima.

Fugaz me produce una extraña atracción difícil de explicar. No es propiamente sexual sino emocional, lo cual no sé si es lo más propicio para establecernos en un planeta-hogar de nivel 10 y formar una familia. Tampoco es que yo la quiera formar, menos áun sabiendo que el propio Fugaz, explorador musical, ha reconocido ser un cosmonauta libre de ataduras y sin ánimo de reproducirse. Es más, me propone constantemente tríos con relinas robóticas, seres biónicos, dotados de órganos sexuales femeninos y expertas en las artes amatorias. La verdad es que la insistencia de Fugaz me turba. Por un lado, deseo ver a Fugaz sumido en el más intenso placer, y por otro, me inquieta que una relina pudiera sumirlo en un estado hipnótico de sexualidad permanentemente activo. No podrías satisfacer sus deseos libidinosos y lo más probable es que lo perdiera en un planeta orgiástico de nivel 9.

Hoy me he propuesto seducirlo, me he embutido en un uniforme ajustado, de color blanco, con líneas rojas en los laterales que acentúan mis caderas y expulsan mis pechos hacía fuera, de modo que mis pezones aparecen prominentes y de elevada atracción sexual. Yo diría que mantienen un nivel 9 de lujuria exacerbada.

He pasado junto a dos robots biónicos, con sexo electro-orgánico y he notado como sus falos se hinchaban bajo sus protectores púbicos. Al pasar junto al puente de mando, en los servicios de la zona reservada a comer, hay un gran espejo, y al mirarme he notado mis glúteos firmes y perfilados. Me he excitado de tal modo, que he ido a mi camarote y me he masturbado viéndome en el pequeño espejo de mi camarote.

Sé que hoy estoy irresistible; la luz gamma de una estrella que muriera hace millones de años luz, quizá cuando naciera nuestro universo, brilla con intensidad y mis cabellos morenos y rizados, adquieren un rutilante aspecto que no pasa desapercibido. Estoy convencida de que hoy cualquier explorador de música no convencional de La Resistencia Sonora me haría el amor incluso en medio de la espiral de un agujero negro. Hoy estoy decidida a conquistar a Fugaz y sumirlo en el placer más absoluto, quiero que descubra en mi cuerpo el big bang universal, que entre en mí, y capte mi esencia más íntima para ser sólo uno y olvidarnos de batallas, imperios, sonidos, melodías; sólos... él y yo, yo y él, fundidos.

2 comentarios:

Andries dijo...

Hola, vecino Fugaz. Vecino de Blog y vecino territorial pues te hablo desde el planeta Burgos, situado a
mitad camino entre Neptuno y Plutón.

Me encanta ese interés tuyo por la Ciencia Ficción y tu lucha por lo que consideras buena música.

¡A seguir en la brecha, hermano!

ESENCIA dijo...

Fugaz, este blog tuyo necesito leerlo con tranquilité. Imaginación te sobra!!!!